ESPAÑA I NAVIDAD

"El Caga Tío nos une: "Es mucho más que un tronco, es magia familiar"

No se necesita más que un tronco de madera, decorado con una cara sonriente y un gorro rojo, que «caga» dulces y pequeños regalos para los niños en Nochebuena. En esta navidad, Noelia Cano y Ana Pereira nos abren las puertas de su casa en Mataró.  

Adrián Rico

Actualizado a 15 de diciembre de 2024, 19:10

Barcelona, diciembre de 2024 – En pleno invierno barcelonés, cuando las luces navideñas decoran cada rincón de la ciudad, una tradición única se revive en los hogares catalanes: el Caga Tió. Un tronco de madera, vestido con un gorro rojo y una cara sonriente, que, según la tradición, «caga» dulces y pequeños regalos para los niños que han sido buenos durante el año.

En el corazón de Barcelona, en la localidad de Mataró, al norte de Barcelona, la familia de Noelia Cano y su madre, Ana Pereira, siguen con pasión este rito navideño, un legado que ha pasado de generación en generación. Como nos cuenta Noelia, este tronco no es solo un símbolo de la Navidad, sino un vínculo entre el pasado, el presente y el futuro de su familia.

El Caga Tió: Tradición y Magia Familiar

Noelia Cano es clara al explicar lo que significa el Caga Tió para ella y su familia: «Es más que un tronco, es magia familiar. Cada año, esperamos con ansias ese momento en que el Tió nos ‘caga’ los regalos. Es un ritual lleno de emoción y revivir esa misma alegría que sentí cuando era pequeña es un regalo indescriptible».

La tradición del Caga Tió, también conocida como «El Tronco de Navidad«, es una costumbre que se remonta al siglo XVIII, pero que en cada casa adquiere un toque especial. «Recuerdo con cariño cómo mi madre me enseñaba a cuidar al Tió durante los días previos a Navidad. Le poníamos comida, lo cubríamos con una manta y esperábamos el momento mágico en que empezaba a ‘cagar’ los regalos», nos cuenta Noelia, cuya nostalgia se mezcla con la emoción de revivir ese mismo ritual con su hija.

Generaciones que se encuentran a través del Tió

El Caga Tió es una tradición que une a las familias no solo por el acto de dar y recibir, sino por la creación de momentos compartidos. Para Ana Pereira, madre de Noelia, este tronco tiene un valor simbólico mucho mayor: «Es un puente entre generaciones. Yo viví la misma experiencia con mi madre, y ahora la vivo con mi hija y mi nieta. El Caga Tió no es solo una figura de madera, es el reflejo de lo que somos como familia», explica Ana mientras observa a su hija y nieta preparándose para la llegada de la Navidad.

El ritual comienza días antes de la Nochebuena, cuando el tronco se coloca en un lugar especial del hogar. Los niños deben cuidar al Tió, dándole de comer y cubriéndolo con una manta. En Nochebuena, la emoción llega al punto máximo: armados con un bastón, los pequeños golpean al tronco al ritmo de la tradicional canción «Caga Tió», esperando que este comience a «cagar» los regalos que lo rodean.

Un momento de generosidad y unión

Más allá de los regalos, lo que realmente hace que el Caga Tió sea especial es el acto de compartir en familia. «Este ritual nos enseña lo importante de la generosidad y la ilusión. No se trata solo de recibir, sino de cómo toda la familia se involucra en la magia», señala Noelia. Según ella, el Caga Tió es también una forma de enseñar a los niños el valor de la espera, el esfuerzo y la importancia de las tradiciones.

«Cada año, al ver a mi hija con sus ojos brillando mientras el Tió ‘caga’ los regalos, me doy cuenta de que estamos creando recuerdos que ella, algún día, querrá compartir con sus hijos», añade Noelia, quien ya comienza a planear cómo continuará esta tradición con su familia a lo largo de los años.

Un símbolo de la cultura catalana

El Caga Tió no solo es una tradición que vive en los hogares de los barceloneses, sino que se ha convertido también en una atracción turística. En varios puntos de la ciudad, especialmente en plazas como la de la Sagrada Familia y el parque de la Ciutadella, se instalan grandes figuras del Tió para que los niños y turistas participen en esta costumbre.

Para Ana Pereira, la presencia del Caga Tió en espacios públicos es una manera de mantener viva la cultura catalana: «Ver cómo los turistas se emocionan al conocer el Tió es una forma de mostrar lo que somos. Es una tradición que no debe perderse, porque es una parte esencial de nuestra identidad».

Un legado de alegría y emoción

A medida que el Caga Tió sigue dejando huella en la Navidad de Barcelona, Noelia y Ana coinciden en lo más importante: «El Caga Tió es un legado. Es una forma de transmitir a las nuevas generaciones el valor de las tradiciones, de lo que es estar juntos como familia, y de la magia que solo la Navidad puede traer».

Para Noelia, el acto de revivir esta tradición cada año es un recordatorio de lo que realmente importa en la vida: «Esas pequeñas cosas, esos momentos compartidos, son los que hacen que la Navidad sea única. Y el Caga Tió, en su simplicidad, lo logra como ninguna otra tradición».

En cada golpe al tronco, en cada sonrisa de los niños, el Caga Tió sigue siendo mucho más que una tradición navideña: es un símbolo de amor, de unión y de magia que, año tras año, continua siendo el alma de la Navidad en muchas familias catalanas.

Adrián Rico

Creador de SoyMitux, apasionado de lo desconocido y periodista.